Editorial ✍🏼

Dirección de Innovación Educativa Digital​

Rectora: Ana Silvia Oviedo Vanegas

La conexión entre el saber y salud emocional

Hoy en día, con los cambios y transformaciones sociales, con el deterioro del medio ambiente, con los avances tecnológicos, con la inteligencia artificial como protagonista, con la globalización, con la importancia de aprender otro idioma, con los “ires y venires” de la modernidad, es clara la necesidad de promover la academia. nuestra sociedad, cada vez más, solicita ciudadanos y ciudadanas competentes: médicos, enfermeros, ingenieros, medioambientalistas, profesores. éstos se van formando en la escuela, desde el preescolar hasta la secundaria, pero surge un interrogante: ¿solo importa enseñar fórmulas matemáticas, nomenclaturas químicas, reglas ortográficas, leyes de física, historia universal, geografía mundial? sí, indudablemente es importante, pero no es lo imprescindible. toda la preparación académica debe caminar al lado de la formación de niños, niñas y jóvenes felices. el ser feliz ayuda, no nos hace perder el horizonte de lo legal, de lo mentalmente sano.

Es allí donde el arte, el deporte, el teatro, la pintura, la música, la danza, (no son herramientas en las que “se pierde el tiempo”), más bien se convierten en un vehículo poderoso para sobrellevar la carga y la presión de un mundo cada vez más monótono, rutinario, difícil: crear, explorar, manejar las emociones, trabajar en equipo, libera y conecta con el propio ser. el arte, la música, la danza purifican el alma, a manera de catarsis emocional. a la vez, nos hace ponernos en los zapatos del otro, nos comunicamos, aprendemos y enseñamos, colaboramos.

La invitación es trabajar para que nuestros hijos e hijas crezcan bien: con grandes saberes y teorías aprendidas, pero, lo mejor de todo, sanos en su sentir. dedicarle unas horas a la semana —no solo a ayudarles a hacer sus tareas— sino también a su recreación, a verlos sonreír, jugar, escuchar su música, ver una película, hacer una receta de comida. esto alimenta el cuerpo, el cerebro y mucho más, el alma. hace crecer a ese ser que un día ya no vivirá con nosotros en la misma casa, pero estará preparado para vivir y convivir.